Rutas privadas y viajes a medida por Marruecos, diseñados para disfrutar sin prisas y con toda la confianza de un equipo local.
Ramadán es un mes lunar, por lo que cada año se adelanta ~11 días en el calendario gregoriano. A lo largo de ~33 años recorre todas las estaciones (ej.: en 2025 cae en primavera). Durante este mes Marruecos ajusta horarios y, habitualmente, aplica cambio horario especial (retorno temporal a GMT).
De día, las ciudades están más tranquilas: muchos comercios y cafés reducen horario. Al anochecer, tras la llamada a la oración, se rompe el ayuno (iftar) y la vida renace: paseos familiares, dulces típicos y zocos con productos de temporada.
En zonas turísticas (p. ej., Marrakech) encontrarás restaurantes orientados a visitantes abiertos a mediodía; en áreas menos turísticas puede costar. Lleva snacks y agua para excursiones diurnas; muchos hoteles sirven comidas a no musulmanes con discreción.
Platos y productos típicos del iftar: harira (sopa), dátiles y chebakia (dulce de miel). Excelente oportunidad para probar cocina casera estacional.
Trenes, autobuses y taxis siguen operando, pero puede haber ajustes y menor disponibilidad alrededor del iftar (algunos conductores paran para romper el ayuno). Evita programar desplazamientos justo a la puesta de sol. Oficinas y bancos suelen trabajar jornadas reducidas.
Durante Ramadán, Marruecos suele pasar temporalmente a GMT; tenlo en cuenta para vuelos, tours y reservas.
Algunos espectáculos turísticos o pases vespertinos se recortan o suspenden. A cambio, las noches tienen una magia especial: mezquitas iluminadas (oraciones de tarawih), dulces y ambiente festivo.
Ramadán no es ni “imposible” ni peligroso; simplemente distinto. Si tu prioridad es la inmersión cultural, es un momento precioso. Si buscas comodidad de horarios y opciones abiertas todo el día, quizá prefieras otras fechas.
Actúa con discreción al comer y beber en público de día (especialmente ante personal que ayuna). Un “Ramadan Mubarak” (feliz Ramadán) abre sonrisas. Respeta los tiempos de oración y la vida religiosa.
Mañana: visitas culturales y museos.
Tarde: descanso o actividades suaves (calor + menor energía general).
Noche: sal a pasear y cenar tras el iftar. Lleva siempre algo de picar y agua para los huecos sin servicio.
Confirma horarios de monumentos/transportes en tus fechas.
Prevé tiempos extra alrededor del iftar.
Si conduces, considera paradas antes del ocaso y evita prisas.
Itinerario con margen + confirmación de horarios.
Snacks y agua para el día.
Restaurantes “para turistas” identificados en ciudades grandes.
Ropa discreta para lugares tradicionales.
Paciencia y buen humor: el ritmo cambia… y eso también es viajar.
Atención 100% personalizada y sin compromiso.