Rutas privadas y viajes a medida por Marruecos, diseñados para disfrutar sin prisas y con toda la confianza de un equipo local.
Los amazigh, también conocidos como bereberes, son los pueblos originarios del Magreb y llevan miles de años presentes en Marruecos. La palabra “amazigh” significa “hombre libre”, y refleja su historia de resistencia, independencia y conexión profunda con la tierra.
Su identidad está íntimamente ligada a la geografía: las montañas del Atlas y el desierto han sido refugio y hogar, permitiéndoles conservar su cultura y su lengua a lo largo de los siglos.
El idioma amazigh es oficial en Marruecos desde 2011, junto con el árabe. Convive en la vida diaria con el darija (árabe marroquí) y el francés.
No existe una única variante: en Marruecos se hablan principalmente:
Tarifit (norte, Rif)
Tamazight (Atlas Central)
Tachelhit o Shilha (Alto Atlas occidental y Anti-Atlas)
Aunque comparten raíces, no siempre son plenamente inteligibles entre sí. En la señalización oficial verás el alfabeto tifinagh, junto al árabe y al francés, y en fiestas comunitarias ondea la bandera amazigh (azul-verde-amarillo con el símbolo ⵣ).
La acogida es un valor esencial. El té a la menta es emblema de bienvenida: aceptar un vaso y alabar lo servido es un gesto de cortesía muy apreciado.
Tradicionalmente vinculados a la agricultura, el pastoreo y la vida en las montañas o en el desierto, los amazigh han desarrollado un profundo respeto por la naturaleza y un modo de vida sostenible.
Antes de comer es costumbre lavarse las manos; si se comparte una fuente, se toma de la parte más cercana con la mano derecha. Tras saludar, es habitual llevarse la mano al corazón.
La música y la danza son parte esencial de la vida social. En el Atlas, los bailes como el ahidous o el ahwach acompañan celebraciones y ceremonias. En el desierto, la música gnawa, de raíces afro-marroquíes, es protagonista en pueblos como Khamlia.
A lo largo del año tienen lugar numerosos moussem (romerías y festivales locales), donde se mezclan devoción, música y encuentro comunitario.
En las regiones amazigh abundan kasbahs y ksour de adobe, palmerales y oasis. El ksar de Aït Ben Haddou es un ejemplo emblemático reconocido como Patrimonio de la Humanidad.
Palabras que abren puertas: Un simple “Azul” (hola) o “Tanmmirt” (gracias) provoca sonrisas inmediatas.
Respeto al fotografiar: Siempre pide permiso antes de retratar a personas.
Compras: El regateo es parte del juego, aunque en cooperativas y tiendas organizadas encontrarás precios fijos.
En nuestras rutas no solo recorrerás paisajes, sino que también vivirás de cerca las tradiciones y la cultura milenaria amazigh. Te llevaremos a conocer sus pueblos, su hospitalidad y esa manera única de entender la vida que solo puede experimentarse en primera persona.
Trekking suave en Imlil / Alto Atlas: contacto con pueblos amazigh de montaña.
Ruta 4×4 por Erg Chebbi y oasis de Tissardmine: palmerales, familias nómadas y vida en el desierto.
Música Gnawa en Khamlia: sesión íntima con músicos locales.
Atención 100% personalizada y sin compromiso.